miércoles, 21 de octubre de 2009

MI TIEMPO, TU TIEMPO

Algunas veces, cuando me quedo observando el movimiento de las hojas en un árbol y se me pierden dos o tres horas del día, me pregunto a dónde va ese tiempo, qué hará cada vez que se le puede escapar a su dueña, que lo desperdicia tanto y en tantas nimiedades. ¿Será que hace algo productivo como buscar un verdadero norte, o será que se queda mirando las mismas hojas del mismo árbol, pero desde diferente perspectiva? A veces pienso que en esos ratos libres, se devuelve a recorrer mis pasos porque cuando regresa me trae los olores de momentos que recuerdo, que ya pasaron. Pero a veces me trae sensaciones que también recuerdo como mías, pero que no están construidas en mi memoria como imágenes, ni sonidos, ni palabras, ni personas. Entonces me pregunto si mi tiempo caminó por otras vidas antes de ser mío. Tal vez eso explicaría por qué me gustan tanto los gnomos de jardín; y por qué si tuviera un chihuahua le pondría un tutú rosado; y por qué quiero tener un enano de esclavo, que duerma en mi cuarto en una camita de perro; y por qué si un genio me otorgara un deseo, yo le pediría ver el momento en que una persona utilizó la cuchara como cuchara por primera vez. A veces también pienso que mi tiempo estaba vagando sin norte por el mundo antes de encontrarme. Y fue ahí donde vio y sintió todas esas cosas que me trae ahora, que son mías, pero que no he vivido yo en realidad. Tal vez mi tiempo nació conmigo y yo apenas me estoy dando cuenta.

¿Dónde estaría mi tiempo hace 28 años? Tal vez susurrándole a mis padres al oído que se pusieran a hacer una hija. O llevando a un chihuahua del collar y pensando: "A este perro le hace falta algo." De pronto se estaba vendiendo al mejor postor para poder hacerse mío precisamente. ¿Quién da más? Quién da más? Vendido. Tal vez pasaba por ahí en el momento en que nací y le pareció que en la muñeca de esa muchachita encontraría un buen hogar. Tal vez había vagado por el mundo y por fin decidió tomar un descanso.

Y hoy, después de 28 años, que es mucho tiempo a mediana escala, pero mas bien poco a una más grande, aquí estoy llevando mi vida en un tránsito tranquilo. Y por ese camino, sin darme cuenta, tal vez por estar mirando las hojas de los árboles, mi tiempo se ha cruzado con otros y ahora comparten olores de momentos que recuerdan como imágenes y sonidos y palabras y personas. Y hoy, después de 28 años, mi tiempo se alegra de haberse cruzado con tantos otros, porque a quien le toque después de mí, sentirá mi vida como suya y por momentos, será muy feliz.

MY TIME, YOUR TIME

Sometimes, when I stare at the movement of a tree’s leaves and I lose two or three hours of the day, I wonder where that time goes, what does it do every time it can escape its owner, who wastes it so much and in so many trivialities. Does it do something productive, like searching for a true north, or does it stare at the same leaves of the same tree, but from a different perspective? Sometimes I think that, on those free periods, it retraces my steps, because when it comes back, it brings familiar smells, of moments I remember. But sometimes it brings back feelings that I also remember as mine, but that are not built in my memory as images, or sounds, or words, or people. So I wonder if my time walked other lives before being mine. Maybe that would explain why I like garden gnomes so much; and why if I had a Chihuahua I would dress him in a pink tutu; or why I want to own a midget slave, and make him sleep in my room in a little doggy bed; and why if a genie granted me one wish, I would ask to see the moment in which a person used the spoon as a spoon for the first time. Sometimes I think my time was wondering aimlessly around the world before it found me. And on that journey, it saw and felt all the things that it brings back to me, that are mine, but that I haven’t lived myself. Maybe my time was born with me and I’m just figuring it out.

Where was my time 28 years ago? Maybe it was whispering in my parent’s ears to start making a new daughter. Or walking a Chihuahua and thinking: “This dog is missing something”. Maybe it was selling itself to the best bidder to be mine precisely. Going once! Going twice! Sold! Maybe it was passing by when I was born and thought that in that baby’s wrist it would find a good home.

And today, after 28 years, which is a long time, or very little depending on how you look at it, here I am walking though my life. And on that road, without even noticing, probably for staring at trees, my time has met many others and now they share smells of moments they remember as images, and sounds, and words, and people. And today, after 28 years, my time is happy it has met so many others, because if someone gets it after me, they will feel my life as theirs, and for a second, they will feel very happy. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario