domingo, 11 de octubre de 2009

CASUALIDAD O CAUSALIDAD

La teoría de la causalidad dice que toda acción conlleva una reacción, y que dos acciones iguales tendrán la misma reacción, a menos que se combinen varias causas entre sí, haciendo impredecible a nuestros ojos el resultado. Me gusta. Siempre he pensado que todo lo que me pasa es consecuencia de mis acciones, decisiones e incluso de mis pensamientos. Y todo lo que me pasa sobre lo que no tengo control, son sólo las consecuencias de acciones, decisiones, e incluso pensamientos de otras personas, que por uno u otro motivo llegan hasta mí, y seguramente, después de disrumpir mi existencia, o a lo mejor hacerla fluir un poco más liviana y agraciadamente, continúan su recorrido infinitamente hasta que el planeta se acabe o deje de ser planeta, como pasó con Plutón.

Por eso a veces me pregunto cuál es el detonante que desata la cadena de reacciones necesarias para que dos personas compatibles se conozcan. ¿Empieza en un lugar cercano en el espacio y el tiempo a ese momento, o mucho antes y bien lejos? Cuántas cosas tendrán que pasar para que un hombre toque el hombro de una mujer, le diga “¿bailamos?” y perdidamente, se enamoren. Cuáles cosas tendrán que pasar. Somos tantos en el mundo, tan diametralmente diferentes en tantos sentidos, tan evidentemente incapaces de la convivencia pacífica con lo animado e inanimado, que deberían ser muchas y sin embargo, cada año miles de personas alrededor del mundo se unen, supuestamente para siempre, ante el dios de su preferencia, si es que lo tienen. Puede ser que simplemente escojan a quien más se acomoda al estereotipo que desde pequeños les metieron en la cabeza de pareja ideal y ya. De pronto la mayoría de esas parejas que caminan de la mano por la calle sin hablar, sin mirarse, nunca se han enamorado en realidad. ¿Será que la reacción en cadena no ha llegado hasta ellos todavía? ¿Les llegará?

Creo es preferible usar la imaginación. Así podemos pensar que la razón por la que un hombre decidió estirar su brazo y tocar el hombro de una mujer es que en Japón, un colibrí derrumbó la torre de naipes que estaba haciendo un niño frente a su casa. El viento se llevó una de las cartas, que fue a parar sobre la mesa de un bar en Arizona donde un borracho y un sobrio jugaban poker. La carta era un as e hizo que el borracho ganara la partida y le comprara una ronda a todos en el lugar. El sobrio brindó por la vida y por la suerte y se tomó el que sería su último trago de tequila. Llegó a su casa a quitarse la vida con su escopeta de caza. Su alma, por ser alma suicida, reencarnó en un perro callejero, de esos que caminan por Chapinero a la hora del almuerzo buscando que alguien les dé un pedacito de arepa con queso, y por haber sido sobrio en su vida pasada, su destino fue rondar los bares de la zona en las noches, viviendo borracheras a través de los que salen dando tumbos a coger un taxi.

Una noche, un hombre, el hombre, vio al can venido de Arizona antes de entrar al bar y pensó que tenía que dejar de dejar pasar sus días como perro callejero y que esa noche haría algo relevante o por lo menos… interesante. Adentro había una mujer, la mujer, su mujer, que se le pareció a alguien que conocía y la duda fue suficiente para tocar su hombro y verla más de cerca: “Perdón, te confundí con una amiga”.

No hay duda, es mejor usar la imaginación.

CAUSALITY OR COINCIDENCE

The theory of causality says that every action leads to a reaction, and that two equal actions will have the same reaction, unless various factors combine amongst themselves, making the result unpredictable before our eyes. I like it. I have always thought everything that happens to me is the consequence of my actions, decisions, and even my thoughts. And everything that happens that is not under my control, are just the consequences of other people’s actions, decisions, and even their thoughts, which for some reason, reach me, and after disrupting my existence, or maybe making it flow more gracefully, go on their way around the planet until it ends or stops being a planet, like it happened with Pluto.

That’s why sometimes I wonder what is the trigger that unleashes the necessary reactions for two compatible persons to meet. Does it start somewhere near in time and space relative to that moment, or way before and far away? How many things have to happen for a man to touch a woman’s shoulder, say “hey, shall we dance?” and hopelessly, fall in love. Which things have to happen? There are so many of us in this world, so completely opposite in so many ways, so evidently unable to coexist peacefully with the animate and inanimate, that a lot of things should have to have happen, but every year thousands of people around the world get together, supposedly forever, before the god of their preference, if they have one. It could be that they just choose whoever fits the stereotype of perfect mate that society instilled in them since they were young. Maybe most of those couples that walk on the streets holding hands, not talking, not looking at each other, have never really been in love. Could it be that the chain reaction hasn’t reached them yet? Will it?

I think I’d rather use my imagination. That way I can think that the reason why a man decided to reach out and touch the woman’s shoulder is that in Japan, a hummingbird knocked over a card castle a kid was building in front of his house. one of the cards traveled with the wind and ended up on a bar table in Arizona, on which a drunk man and a sober man were playing Poker. The card was an ace, which won the drunk man the game. He bought everyone in the bar a round. The sober man toasted to life and luck and drank his last shot of tequila. He went home and took his life with his shotgun. His soul, for being a suicide’s soul, reincarnated in a stray dog, which roams cheap Chinese restaurants at lunchtime, looking for someone to give him a little piece of meat. And because he was a sober man in his past life, his destiny was to roam around bars at night, living vicariously though the drunken stupors of those who leave those bars, tumbling, to hail a cab.

One night, a man, the man, saw the poor dog whose soul came all the way from Arizona before entering the bar and thought that he had to stop living his life like a stray dog, and that that night, he would do something relevant, or at least… interesting. There was a woman in the bar, the woman, whom the man thought looked like someone he knew. The doubt was enough to touch her shoulder and say: “Excuse me, I thought I knew you”.

There’s no doubt, I’d rather use my imagination. 

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