Mostrando las entradas con la etiqueta robo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta robo. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de noviembre de 2010

VIEJA HIJUEPUTA

(Quinto ejercicio de taller de escritura: contar un robo desde el punto de vista del ladrón)

Vean a esa vieja hijueputa repartiéndole pan a las palomas y uno acá cagado del hambre. Fijo voy y le pido y no me da ni una borona. Parce, qué hambre tan hijueputa y yo sin un peso ni pa’ una papeleta. ¡Ja! Esa paloma casi se le caga encima a ese man. Ututuy, ese chino de allá tiene ganas de que le quite ese aipol tan bonito. Apenas vaya a cruzar la calle me le mando. Señor, señor, una monedita que tengo hambre. Ah, pirobo hijueputa. ¿Será que mejor me le robo el celular a esa viejita que está haciendo abdominales? Está ahí pagando encima de esa banca. Uy no, la pobre abuelita. Hasta se parece a la cucha. Bueno aquí fue. Mejor le saco el chuzo a esta gonorrea, que tiene cara de alzado. !Bájese de la billetera mono, pero ya! El aipol también, ¿qué creyó? Fresco chino, no llore, que si me da todo yo no le hago nada. Vea, tenga sus papeles pa’ que no diga que no lo ayudo. ¿Usted qué pirobo, qué mira? Eso, siga caminando mejor. Ojalá el Peluza esté todavía por la Plaza a ver si me vende una papeleta. Vean a esa vieja hijueputa dándole pan a ese perro. Piroba.

DESDE LA CANDELARIA HASTA UNICENTRO

(Quinto ejercicio de taller de escritura: contar el mismo robo desde el punto de vista de una paloma)

Estoy mamada. Claro, es que ya llevo volando desde Lourdes. Me acuerdo cuando era joven y podía irme desde la Candelaria hasta Unicentro sin parar. También tengo ganas como de cagar. Listo. Agh, no le di al man. Le hubiera a apuntado a esos viejitos que están haciendo abdominales allá. No mentiras, qué pecadito, todos viejitos. Uff, allá veo a una señora echándole arroz a otras amigas. No tengo tanta hambre pero qué importa, voy a bajar allá a ver si descanso y como un poquito. Hmm, ese man de allá se ve como sospechoso. Tiene pura cara de querer atracar a ese chino que va escuchando música en el iPod. Hola, hola chicas. ¿Cómo está la comidita? ¡Uy! ¿Esta señora está dando pancito también? Está bueno. ¡Ay! ¡Vean! ¡Vean a ese choro atracando a ese chino! Yo lo canté desde arriba. Es que yo ya me los conozco. En la Plaza de Bolívar he visto más atracos que granos de maíz, con eso les digo todo. Eso allá es caliente. ¡Ay bendito! Ese chuzo está bien oxidado. Ojalá el chino no sea bobo y le entregue todo. Esos bazuqueros son de temer. Y vea ese otro tipo pasándole ahí al lado y no hace nada. Ush, la gente sí es que es el colmo. Claro que a mí tampoco me darían ganas de ayudarle a ese chino todo emo. Ay no, qué pecadito, se puso a llorar. ¡Pilas, pilas chicas que allá viene un perro y se nota que tiene hambre! Yo mejor me abro de acá que todavía estoy lejos de Unicentro.