(Quinto ejercicio de taller de escritura: contar un robo desde el punto de vista del ladrón)
Vean a esa vieja hijueputa repartiéndole pan a las palomas y uno acá cagado del hambre. Fijo voy y le pido y no me da ni una borona. Parce, qué hambre tan hijueputa y yo sin un peso ni pa’ una papeleta. ¡Ja! Esa paloma casi se le caga encima a ese man. Ututuy, ese chino de allá tiene ganas de que le quite ese aipol tan bonito. Apenas vaya a cruzar la calle me le mando. Señor, señor, una monedita que tengo hambre. Ah, pirobo hijueputa. ¿Será que mejor me le robo el celular a esa viejita que está haciendo abdominales? Está ahí pagando encima de esa banca. Uy no, la pobre abuelita. Hasta se parece a la cucha. Bueno aquí fue. Mejor le saco el chuzo a esta gonorrea, que tiene cara de alzado. !Bájese de la billetera mono, pero ya! El aipol también, ¿qué creyó? Fresco chino, no llore, que si me da todo yo no le hago nada. Vea, tenga sus papeles pa’ que no diga que no lo ayudo. ¿Usted qué pirobo, qué mira? Eso, siga caminando mejor. Ojalá el Peluza esté todavía por la Plaza a ver si me vende una papeleta. Vean a esa vieja hijueputa dándole pan a ese perro. Piroba.
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