domingo, 26 de septiembre de 2010

EL PASTO Y LA SANGRE

(Primer ejercicio de taller de escritura: Escribir un cuento basado en El Club de la Pelea en una carnicería) Recuerdo poco de mi infancia. Sé que me gustaba caminar en círculos por el campo. El olor a pasto recién cortado. La leche tibia. A veces cierro los ojos e imagino que estoy ahí. Tranquila. Ingenua. Pero de repente, el olor a sangre me saca del trance. Abro los ojos y los veo allí. Entre los ganchos que cuelgan del techo. Se ven furiosos. Sus ojos me recuerdan a los de mi padre. El sonido de sus golpes me da escalofrío. También el de sus dientes cayendo sobre el frío piso de este lugar que ha sido testigo de tanto dolor. De tanta muerte. Pelean y pelean más. Y yo solo quiero decirles que se vayan, que me dejen sola con mis ganchos colgados del techo y mi olor a sangre. Que me dejen descansar en paz en éste, mi nuevo hogar. Que me tengan compasión ya que recuerdo tan poco de mi infancia. Entonces grito lo más fuerte que puedo. Grito, pero ellos no me escuchan. Debe ser porque los hombres no escuchan a los fantasmas. Especialmente al de una vaca.

BLOOD AND GRASS

(First exercise from the storytelling workshop I'm taking. Write a story based on Fight Club and a butcher's shop) I remember very little from my childhood. I know I liked to walk in circles through the field. The smell of freshly cut grass. Warm milk. Sometimes I close my eyes and imagine I’m there. Calm. Naive. But suddenly, the smell of blood pulls me out of the trance. I open my eyes and see them there. Between the hooks that hang from the ceiling. They look angry. Their eyes remind me of my father’s. The sound of their punches gives me chills. So does the sound of their teeth falling on the cold floor of this place that has witnessed so much pain. So much death. They fight and then they fight some more. And all I want is to tell them to leave, to leave me alone with my hooks that hang from the ceiling and my smell of blood. To let me rest in peace in this, my new home. To have some mercy on me since I remember so little from my childhood. So I scream. As loud as I can. I scream but they don’t hear me. It must be because men can’t hear ghosts. Especially a cow’s.

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